Cada 25 de noviembre, se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, tras el asesinato, en la República Dominicana (1960), de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal y su acompañante Rufino de la Cruz. Esta fecha emblemática fue gestada por el Movimiento Feminista Latinoamericano en 1981.
La violencia contra las mujeres y las niñas, es una de las violaciones de los derechos humanos, de las más extendidas en el mundo. Es un serio problema de salud pública y tiene múltiples expresiones, entre ellas, asesinatos, discriminación, desigualdad, trata, violencia sexual, psicológica y económica, acoso, mutilación genital, entre otras.
Que nadie se quede atrás, no resultará posible, sin poner fin a la violencia contra mujeres y niñas pues es un obstáculo para avanzar en la igualdad, el desarrollo, el respeto de los derechos humanos y la paz.
A nivel global, se calcula que, en todo el mundo, 840 millones de mujeres, casi una de cada tres, han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja. De violencia sexual fuera de la pareja o de ambas, al menos una vez en su vida. Esto representa el 30 % de las mujeres de 15 años o más. Esta cifra, que no incluye el acoso sexual, se ha mantenido prácticamente sin cambios en los 20 años.
Para hacer frente a la desigualdad de género y los elementos que toleran la violencia, Casa Abierta acompaña personas, colectivos y redes, como parte de su accionar preventivo. Trabaja en la comprensión de los factores estructurales, como creencias, normas sociales y valores preponderantes. Su labor aporta a la transformación social, promoviendo estilos de vida saludable, igualdad y equidad de género y el cuidado de la salud mental.
Inversión y abordaje especializado, desde una perspectiva de género requiere, prevenir y atender la violencia de género. Desde Casa Abierta, hacemos el llamado que se puede y se debe prevenir, porque ninguna forma de violencia es justificable y toda forma de violencia es prevenible.