Lunes 1 de abril.- Partiendo de la pregunta ¿Sería bueno legalizar las drogas?, nuestro director ejecutivo, Juan Raddamés de la Rosa Hidalgo, participó en un coloquio organizado desde el programa “Encuentro de líderes”, que se transmite por Psicovisión TV. En el programa participaron también los señores: Nilo Mercedes, director ejecutivo del Mesón de Dios, Nicanor Rodríguez, psicólogo/abogado, y Hanoi Vargas, psicólogo clínico, productor del espacio.
El diálogo se inició con una breve definición del concepto de drogas, como cualquier sustancia que al ser ingerida por un organismo altera su funcionamiento. Se debatió en torno a la normalización de la droga llamada l alcohol, al grado que en general se habla de “alcohol y drogas”, como si este no fuera una droga también. Se insistió en la importancia de superar este mito, producido por la industria del alcohol con muy elaboradas estrategias de mercadeo, en la que esta sustancia se asocia a la alegría, la cultura, el deporte… También son responsables las políticas públicas sobre alcohol que solo lo ven como generador de impuestos. Se planteó que esto es uno de los mitos a superar, pues en otras sociedades no se permite la publicidad del alcohol y se sigue vendiendo y cobrando impuestos. Se insistió en que los ingresos vía impuestos no se pueden colocar por encima de la salud de la población. Incluso desde esa perspectiva se concluye que se debe poner en una balanza los gastos del sistema de salud. Se demandó de las autoridades legislar para regular de forma más estricta esta sustancia. Una forma es la necesidad de regular la publicidad, a los fines de evitar que niños, niñas y adolescentes reciban mensajes que lo promueven. Se habló también sobre la necesidad de iniciar la prevención del consumo de alcohol desde la familia.
Con relación a las sustancias ilegales, los panelistas estuvieron de acuerdo en que la legalización de otras drogas no es por el momento un tema a colocar en agenda. Se argumentó que hay temas básicos a superar antes de hablar de legalización. Se debatió sobre la necesidad de una revisión de las políticas nacionales, con miras a situar las estrategias de reducción de la demanda en el orden prioritario que les corresponde, que es la mayor debilidad en las políticas actuales. En especial se conversó sobre la no penalización de las personas por el hecho de consumir o tener en posesión pequeñas cantidades que se presume es para el consumo personal. Se planteó la urgencia de superar los mitos y estigmas sociales que se han asociado a las personas que tienen consumos problemáticos, recordando que el hecho de tener una enfermedad, como es la adicción, no elimina los derechos ciudadanos y la dignidad humana.
En torno a las experiencias en otras naciones, se invitó a superar el mito de que la despenalización conduce inexorablemente a consumos masivos. Se citaron los casos de Portugal y Uruguay, que han legislado para despenalizar los consumos, aunque mantienen la persecución del tráfico, y no se han verificado los presagios apocalípticos de quienes enarbolan estrategias de miedo para evitar el avance en las políticas públicas sobre drogas.
Se mencionó que en foros internacionales autoridades dominicanas del más alto nivel, han hecho declaraciones cuestionando las políticas actuales, vigentes desde 1988, comprometiéndose a superar las mismas, pero que solo se ha quedad en declaraciones.
Se mencionó que hace más de una década se iniciaron trabajos, desde la sociedad civil, y organismos internacionales, en los que incluso han participado autoridades del Estado, pero que estos esfuerzos se han dejado de lado. Se hizo mención a una propuesta de modificación a la ley 50-88 elaborada desde el Consejo Nacional de Drogas, depositada en el poder ejecutivo, pero que nadie conoce su contenido. Se comentó de forma humorística que este parece “uno de los secretos mejor guardado del país”.
Para finalizar los panelistas plantearon la urgencia de cambiar las políticas actuales, basadas en miedos, mitos, y discriminaciones. Advirtieron que continuar priorizando las políticas de control y represión es un círculo vicioso. Es necesario que las políticas de reducción de ofertas tengan como contraparte sólidas estrategias de reducción de demandas, en diálogo permanente. Es urgente “cambiar el chip”, para centrarse en las personas, no en las drogas. Esto pasa por recuperar la mirada humana, dignificando a las personas atrapadas en la enfermedad de la adicción.
Se hizo un llamado al consultor jurídico del poder ejecutivo, Dr. Antoliano Peralta, exhortándole a poner en marcha el proceso de modificación de la ley 50 -88, que ya tiene más de un año en su despacho. Se insistió en que en este proceso se debe convocar la participación de todas las personas e instituciones que desarrollan programas en el área.